Este Estudio Económico fue preparado por Paula Garda y Michael Koelle, bajo la supervisión de Aida Caldera Sánchez. La asistencia de investigación fue proporcionada por Mónica Quinza Armenta y Tomás Opazo, y el apoyo editorial por Gemma Martínez y Laura Fortin.
Este Estudio se publica bajo la responsabilidad del Comité de Examen Económico y de Desarrollo (EDRC) de la OCDE. El Comité discutió el borrador del Estudio el 25 de junio de 2024. La fecha de corte para los datos utilizados en el Estudio es el 10 de septiembre de 2024.
La información sobre este y estudios anteriores, así como más información sobre cómo se preparan los Estudios, está disponible en
https://www.oecd.org/es/topics/economic-surveys.html
Resumen realizado por la secretaria de Prensa, Comunicaciones y TIC de #SutetSimatol
El Estudio Económico de la OCDE sobre Colombia 2024 analiza el panorama macroeconómico actual del país, sus desafíos estructurales y las políticas necesarias para fomentar un crecimiento sostenible e inclusivo. A continuación, se destacan los principales puntos:
- Crecimiento económico débil tras la recuperación post-pandemia:
Después de un fuerte repunte económico en 2021 y 2022, el crecimiento del PIB se desaceleró al 0.6% en 2023 debido a políticas macroeconómicas restrictivas y una caída en la inversión. Se espera que el crecimiento sea del 1.8% en 2024 y del 2.8% en 2025. La inflación, que alcanzó el 13.3% en marzo de 2023, ha comenzado a disminuir, proyectándose una convergencia al objetivo del 3% hacia finales de 2025.
- Reformas fiscales y sostenibilidad de la deuda:
La deuda pública de Colombia se ha reducido tras la pandemia, pero los costos de financiamiento siguen siendo elevados desde la pérdida del grado de inversión en 2021. El gobierno necesita continuar con una política fiscal prudente, eliminar subsidios distorsionantes (como los de combustibles) y mejorar la eficiencia del gasto para mantener la estabilidad fiscal y financiar su ambiciosa agenda de reformas sociales.
- Desigualdades regionales y sociales:
El país enfrenta grandes brechas regionales en ingresos, infraestructura y productividad, especialmente en las zonas más pobres y afectadas por el conflicto armado. Mejorar la conectividad y la infraestructura, además de fortalecer la capacidad fiscal de los gobiernos locales, es fundamental para impulsar el desarrollo regional y cerrar las brechas socioeconómicas.
- Mercado laboral e informalidad:
La informalidad laboral sigue siendo alta, con el 56% de los trabajadores en el sector informal, lo que limita el acceso a protección social y reduce la productividad. Se recomienda reducir las cargas fiscales para los trabajadores de bajos ingresos y mejorar la capacitación laboral, especialmente en las zonas rurales y vulnerables.
- Educación y equidad de género:
Las tasas de deserción escolar siguen siendo preocupantes, especialmente en las zonas rurales. El informe subraya la importancia de mejorar la calidad educativa y ampliar el acceso a la educación de primera infancia. Asimismo, es crucial promover la participación de las mujeres en el mercado laboral, reduciendo las barreras que enfrentan en términos de cuidado infantil y educación.
- Transición energética y cambio climático:
Colombia ha establecido un compromiso de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050, pero enfrenta desafíos relacionados con la deforestación y la adopción de energías renovables. Acelerar la transición energética, invertir en energías limpias y fortalecer los marcos regulatorios serán claves para cumplir con los objetivos climáticos.
- Reformas tributarias:
Aunque Colombia ha implementado varias reformas tributarias, sus ingresos fiscales siguen siendo bajos. El estudio recomienda una reforma tributaria integral que reduzca la carga sobre las empresas y aumente los ingresos personales, además de mejorar la administración fiscal para reducir la evasión y la elusión tributaria.
Conclusión:
El estudio concluye que Colombia debe implementar reformas estructurales para superar los desafíos macroeconómicos, reducir las desigualdades y avanzar en la transición energética. Estas reformas son esenciales para garantizar un crecimiento más inclusivo y sostenible a largo plazo.